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CULTURA Y COMUNIDAD

El orgullo que los latinos en Alaska tienen por su cultura ha sido el motor que guía su activismo y que inspira sus reuniones comunitarias. Por lo general, sus vibrantes celebraciones giran en torno a la comida y las danzas tradicionales y son una fuente de resiliencia para la comunidad. “Se necesitan muchos soldados para organizar eventos comunitarios”, comparte María Rosas, la activista puertorriqueña que encabezó los primeros festivales latinos de verano en Anchorage en la década de 1980. “Nuestro interés principal era tener una comunidad unida; queríamos que nuestra comunidad se levantara.”

Rosas conducía el programa de radio Ecos del Coquí, que se transmitió en KSKA durante 30 años. También fue la fundadora de La Voz Latina, el primer periódico latino en Alaska, publicado en la década de 1990. Ambos fueron hitos importantes en la historia de la representación latina en los medios masivos. El programa de televisión Latinos en Alaska, producido por el argentino Hugo Forest y transmitido en Telemundo, es otra parte clave de este legado. Latinos en Alaska se emitió desde 2008 hasta su conclusión durante la pandemia de COVID-19.

El activismo latino también ha tomado la forma de celebraciones del Mes de la Herencia Hispana, galas, ferias de salud, huelgas y recaudaciones de fondos en apoyo a miembros vulnerables de la comunidad. “El dinero sí ayudó a nuestros compañeros de la comunidad, pero había algo más importante. Ellos sabían que 300 o 500 personas habían acudido para apoyar su causa. Ahí está el valor de la comunidad”, reflexiona el activista mexicano Daniel Esparza, quien ha colaborado en docenas de celebraciones latinas.

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MÚSICA TRADICIONAL Y
DANZA FOLKLÓRICA

“A los puertorriqueños nos encanta bailar salsa, bomba y plena. Recuerdo cómo me ponía una falda larga y una blusa, me maquillaba, me recogía el cabello, me colocaba una flor y ya estaba lista para bailar”, comparte Lilian Cabrera, al recordar cómo improvisaba un atuendo tradicional en la década de 1980.

 

La bailarina folklórica mexicana Ana Gutiérrez Scholl cuenta que una vez viajó a México para recoger vestidos para su grupo de danza. “Mis maletas estaban llenas. Ya no tenía espacio para mi ropa y tuve que dejarla”, se ríe.

A principios de la década de 1990, la banda La Conexión Latina del músico puertorriqueño Héctor Ortiz puso a la comunidad a bailar salsa, merengue, bachata, quebradita y cumbia. Entre 2004 y 2011, Ortiz y su esposa Soraya dirigieron un salón de baile latino llamado Club Soraya en Anchorage. Familias enteras acudían juntas a bailar y escuchar a La Conexión Latina.

Otros grupos destacados incluyen a Mariachi Agave Azul. Fundado en 2011 por un grupo de jóvenes latinos, Agave Azul preserva y perpetúa la tradición del mariachi mexicano en Alaska. Sus integrantes a menudo tocan para audiencias de diversas generaciones

ACTIVISMO POLÍTICO

Muchos miembros de la comunidad se han involucrado en política y en la creación de programas que apoyen la voz y los derechos de los latinos en Alaska, en materias como inmigración, acceso a la alimentación, educación y salud.

Por ejemplo, el activista mexicano Daniel Esparza se ofreció como voluntario para gestionar un banco de alimentos en Fairview a principios de la década de 1990. Por esta labor, Esparza fue nominado para el Premio Presidencial al Servicio Voluntario en 1993 y recibió una carta de felicitación del presidente Bill Clinton. En ella, Clinton reconocía los esfuerzos de Esparza para abordar “problemas sociales críticos que enfrenta nuestra nación.”

En 2006, el emprendedor peruano Óscar Guarderas fue designado al Consejo de Asesores de la Agencia Federal de Pequeños Negocios de los Estados Unidos. El Administrador Héctor V. Barreto elogió a Guarderas como “una voz fuerte e independiente para los pequeños negocios, alguien en quien podemos confiar para que nos informe y asesore sobre cuestiones importantes para los emprendedores en toda América.”

El primer latino en ocupar un cargo público en Alaska fue Mike Gutiérrez, quien fue elegido para la Asamblea de Anchorage en 2008. Liz Vázquez fue elegida para la Cámara de Representantes de Alaska en 2015. Actualmente, Félix Rivera y George Martínez forman parte de la Asamblea de Anchorage, y Dora Wilson sirve en la junta del Distrito Escolar de Anchorage.

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DEPORTES

“Me gustaba jugar al soccer en Argentina. Cuando me mudé a Anchorage, conocí a José Cardó, un peruano que también amaba el fútbol. ¡Organizamos una liga juntos! Latinos, alemanes, ingleses, hawaianos y chinos se reunían en el Park Strip de Anchorage para jugar”, recordó Hugo Forest, quien se convirtió en entrenador de soccer para niños y adultos en Alaska y Puerto Rico.

En 1987, el Municipio de Anchorage nombró el Parque Javier de la Vega en la Calle 56 en memoria de un jugador mexicano del equipo de Forest.

El legado futbolístico de Forest sigue vivo. Los miembros del equipo han heredado su pasión por el deporte a las nuevas generaciones. Entre los nuevos talentos futbolísticos se encuentra Obed Vargas, nacido en Anchorage y el tercer jugador más joven del país en presentarse en un partido de las Ligas Mayores.

PROGRAMAS

Lanzar el programa de inmersión en español en Anchorage fue un sueño para muchas familias hispanohablantes y para los defensores del idioma. “Algunos padres de otros estados habían sufrido discriminación durante su infancia por hablar español. Temían que lo mismo sucediera a sus hijos. Pero los alaskeños habíamos vivido una historia distinta,” explica Sonia Cornejo, madre de estudiantes de las primeras generaciones del programa.

Janice Gullickson y Laurel Derksen, ambas miembros del equipo fundador, recuerdan el proceso de reclutamiento de estudiantes: “Visitamos iglesias de habla hispana, restaurantes y lavanderías; distribuimos información por toda la ciudad y reclutamos a muchos estudiantes circulando la información de boca en boca.” Creado en 1993 con fondos federales, el programa de inmersión en español en Anchorage ahora cubre desde kindergarten hasta el doceavo grado.

El programa de lengua española de la Universidad de Alaska también tiene una larga historia. Según la revista Farthest-North Collegian, la universidad ya contrataba instructores de español antes de 1930.

 

Inicialmente, sus campus ofrecían solo educación básica en esta lengua. Sin embargo, en 1990, los estudiantes de Anchorage negociaron con el jefe del departamento en UAA para expandir la oferta a niveles más avanzados. Hoy, la universidad ofrece una especialización en español y clases en todos los niveles. El club de español de UAA, La Tertulia, fue fundado en 1992.

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Éramos los que organizaban las fiestas y éramos amigos. Algunos preferían no estar en los reflectores, sino quedarse en las sombras. Sin ellos, no hubiéramos podido hacer nada.

Hugo Forest, Argentina

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